viernes, 5 de julio de 2013

Amanecer de invierno.(fotografias junio 2013)


Sol de invierno
Antonio Machado

Es mediodía. Un parque. 
Invierno. Blancas sendas; 
simétricos montículos 
y ramas esqueléticas. 
Bajo el invernadero, 
naranjos en maceta, 
y en su tonel, pintado 
de verde, la palmera. 
Un viejecillo dice, 
para su capa vieja: 
«¡El sol, esta hermosura 
de sol!...» Los niños juegan. 
El agua de la fuente 
resbala, corre y sueña 
lamiendo, casi muda, 
la verdinosa piedra.


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Caballitos al atardecer
 




 






 
 
                                          Camino de invierno (21/6/2013)

  Jardín de invierno
  Pablo Neruda
Llega el invierno. Espléndido dictado 
me dan las lentas hojas 
vestidas de silencio y amarillo. 

Soy un libro de nieve, 
una espaciosa mano, una pradera, 
un círculo que espera, 
pertenezco a la tierra y a su invierno. 

Creció el rumor del mundo en el follaje, 
ardió después el trigo constelado 
por flores rojas como quemaduras, 
luego llegó el otoño a establecer 
la escritura del vino: 
todo pasó, fue cielo pasajero 
la copa del estío, 
y se apagó la nube navegante. 

Yo esperé en el balcón tan enlutado, 
como ayer con las yedras de mi infancia, 
que la tierra extendiera 
sus alas en mi amor deshabitado. 

Yo supe que la rosa caería 
y el hueso del durazno transitorio 
volvería a dormir y a germinar: 
y me embriagué con la copa del aire 
hasta que todo el mar se hizo nocturno 
y el arrebol se convirtió en ceniza. 

La tierra vive ahora 
tranquilizando su interrogatorio, 
extendida la piel de su silencio. 

Yo vuelvo a ser ahora 
el taciturno que llegó de lejos 
envuelto en lluvia fría y en campanas: 
debo a la muerte pura de la tierra 
la voluntad de mis germinaciones.

Lee todo en: Jardín de invierno - Poemas de Pablo Neruda http://www.poemas-del-alma.com

 

 

 

 

 

  










                          
                                                 


Como árboles



 
Quién hubiera dicho
que estos poemas de otros
iban a ser
míos

después de todo hay hombres que no fui
y sin embargo quise ser
si no por una vida al menos por un rato
o por un parpadeo

en cambio hay hombres que fui
y ya no soy ni puedo ser
y esto no siempre es un avance
a veces es una tristeza

hay deseos profundos y nonatos
que prolongué como coordenadas
hay fantasías que me prometí
y desgraciadamente no he cumplido
y otras que me cumplí sin prometérmelas

hay rostros de verdad
que alumbraron mis fábulas
rostros que no vi más pero siguieron
vigilándome desde
la letra en que los puse

hay fantasmas de carne otros de hueso
también hay los de lumbre y corazón
o sea cuerpos en pena almas en júbilo
que vi o toqué o simplemente puse
a secar
a vivir
a gozar
a morirse
pero además está lo que advertí de lejos

yo también escuché una paloma
que era de otros diluvios
yo también destrocé un paraíso
que era de otras infancias
yo también gemí un sueño
que era de otros amores

así pues
desde este misterioso confín de la existencia
los otros me ampararon como árboles
con nidos o sin nidos
poco importa
no me dieron envidia sino frutos

esos otros están
aquí

sus poemas
son mentiras de a puño
son verdades piadosas

están aquí
rodeándome
juzgándome
con las pobres palabras que les di

hombres que miran tierra y cielo
a través de la niebla
o sin sus anteojos
también a mí me miran
con la pobre mirada que les di

son otros que están fuera de mi reino
claro
pero además
estoy en ellos

a veces tienen lo que nunca tuve
a veces aman lo que quise amar
a veces odian lo que estoy odiando

de pronto me parecen lejanos
tan remotos
que me dan vértigo y melancolía
y los veo minados por un duelo sin llanto
y otras veces en cambio
los presiento tan cerca
que miro por sus ojos
y toco por sus manos
y cuando odian me alegro de su rencor
y cuando aman me arrimo a su alegría

quién hubiera dicho
que estos poemas míos
iban a ser
de otros.

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